Phenergan® es más que un antialérgico común
Las alergias son una condición cada vez más común. Un importante factor que contribuye al creciente número de alergias es la contaminación mundial. No es ningún secreto que a medida que las sociedades avanzan industrialmente, nuestros cuerpos se vuelven menos saludables.
Es un hecho comprobado que el crecimiento de la contaminación en las ciudades más pobladas aumenta el riesgo de sufrir de alergias, incluso para las personas que antes estaban sanas. Este aumento de partículas nocivas en el aire no sólo disminuye nuestra salud, sino que también aumenta el potencial proteínico de ciertas bacterias, virus y hongos.
No sólo la acumulación de sustancias tóxicas en el medio ambiente predispone a los procesos alérgicos, sino que también el cambio climático juega un papel fundamental. Las constantes emisiones de CO2 a la atmósfera favorecen la aparición de condiciones húmedas y la expansión del polen, que con el tiempo contribuyen a los efectos inmunológicos.
La Organización Mundial de la Salud dice que cada día hay más personas que sufren de alergias y que este número irá en aumento si el cambio climático empeora.
El cambio climático y la radicalización de las industrias también afectan directamente a la producción de alimentos. Según la FDA, existe una larga y creciente lista de alimentos alergénicos, desde el sésamo hasta la leche, pasando por los huevos, el pescado y los crustáceos.
Hoy en día hay más productos con capacidad de producir alergias que antes, a lo que hay que añadir la disminución de nuestro sistema inmunológico debido a la constante exposición a sustancias tóxicas suspendidas en el aire. El 5% de la población expresa algún tipo de alergia alimentaria sólo en los Estados Unidos, por lo que es necesario tener a mano medicamentos antialérgicos que puedan poner fin rápidamente a estos molestos síntomas. Nunca sabemos cuándo puede producirse una reacción alérgica.
Los fármacos utilizados en las reacciones alérgicas son muchos, pero los más seguros y eficaces son los antihistamínicos. Estos medicamentos se utilizan en el tratamiento sintomático de las enfermedades alérgicas. Se encargan de inhibir la acción de la histamina haciéndose cargo de sus receptores.
Los antihistamínicos son medicamentos muy seguros (porque tienen pocos o casi ningún efecto secundario) y muy eficaces para eliminar los síntomas de la alergia. Se utiliza en una amplia variedad de enfermedades como la rinitis alérgica o la sinusitis.
Podemos destacar dos grupos entre ellos: la primera generación y la segunda generación. Los primeros tienen la somnolencia como efecto secundario típico y tienden a ser utilizados como primera opción. Son muy eficaces y se recomienda su uso durante la noche para tener un sueño profundo.
Las de segunda generación se utilizan ampliamente y son similares a las de primera generación en términos de eficiencia y seguridad, sólo que con pequeñas modificaciones beneficiosas en sus propiedades químicas.
La primera generación incluye la dexclorfeniramina, la hidroxicina y la prometazina. La prometazina (Phenergan®) es un antihistamínico y un antiemético, ampliamente utilizado en la práctica médica de la alergología.
La prometazina es un fármaco derivado químicamente de la fenotiazina que puede utilizarse tanto por vía oral (se toma) como tópica (se aplica en forma de crema). La historia cuenta que su descubrimiento se produjo porque los científicos de Rhône-Poulenc buscaban un antihistamínico con propiedades poderosas, descubriendo que la prometazina no sólo era un antihistamínico excepcional sino que también contribuyó al descubrimiento de potentes sedantes que se utilizan actualmente en la medicina quirúrgica.
¿Qué es Phenergan® y cómo funciona?
Phenergan® es la presentación comercial del clorhidrato de prometazina, un medicamento que actúa modificando las respuestas naturales de su cuerpo contra sustancias extrañas, como los alérgenos. Su acción farmacológica más predominante es el bloqueo de los receptores H1 de la histamina. Echemos un vistazo a la naturaleza inmunológica del cuerpo.
Hay tres tipos de receptores de histamina, H1, H2 y H3 en nuestro cuerpo. Durante una respuesta alérgica, los receptores H1 son los más estimulados por la liberación de histamina.
La histamina es una sustancia derivada de las aminas, por eso se llama histamina. Esta sustancia se distribuye en gran medida por todo nuestro cuerpo, desde el estómago a los pulmones y la piel.
La histamina es producida principalmente por células especiales llamadas mastocitos. Los mastocitos son estimulados por otras células del sistema inmunológico para liberar la histamina almacenada en ellos durante la alergia.
Esta sustancia natural viaja por todo el cuerpo una vez liberada por los mastocitos, llegando a la piel, los pulmones, el corazón y los vasos sanguíneos, causando los típicos síntomas de la alergia: enrojecimiento de la piel, picor y goteo nasal, opresión en el pecho, dificultad para respirar, estornudos y cierto grado de hinchazón.
La prometazina es una sustancia químicamente similar a la histamina pero sin potencial proinflamatorio. Actúa inmediatamente durante una reacción alérgica como una sustancia que compite con la histamina en los receptores H1, impidiendo que la histamina se una a ellos y continúe la inflamación. Cuando la prometazina se une a un receptor H1, lo hace sin activarlo, dejando fuera la verdadera sustancia activadora.
Es interesante cómo esta droga puede actuar rápidamente una vez ingerida sin producir otros efectos secundarios importantes que no sean el sueño y la relajación. Las formas en que la prometazina actúa en nuestro cuerpo son muchas; además, tiene la capacidad antiemética y antitusiva gracias a su actividad anticolinérgica en el sistema nervioso central y periférico.
Distribución y eliminación del cuerpo:
La prometazina viaja a través de todo el sistema digestivo una vez ingerida con un vaso de agua. Se absorbe en un 25% y se distribuye ampliamente por todos los tejidos. Se une en gran medida a las proteínas del plasma sanguíneo para viajar a los tejidos inflamados.
La aparición de los efectos varía según la forma en que se administre, de 15 minutos a 1 hora si se toma por vía oral o rectal, después de 20 minutos si se administra por vía intramuscular, y después de 3 a 5 minutos si se administra por vía intravenosa. Sus efectos antihistamínicos y sedantes pueden permanecer durante 5 a 6 horas.
El metabolismo es hepático a través del extenso sistema enzimático conocido como Citocromo P450 CYP, el cual es invaluable en las interacciones de la droga con otros compuestos.
El CYP es un sistema enzimático en el hígado y otros tejidos responsables del metabolismo de la droga. Sus enzimas se clasifican en "familias" según la similitud entre los aminoácidos. Como resultado de la variabilidad, el número de enzimas en el sistema de CYP varía y cada droga se metaboliza de manera diferente.
Su eliminación se realiza después de 10 ó 14 horas con la excreción en la orina y las heces de productos de degradación. Además, también puede pasar a través de la placenta y ser liberada en la leche materna, una consideración que tendremos en cuenta más adelante.
Indicaciones y contraindicaciones
La prometazina tiene indicaciones específicas, así como cualquier otro medicamento. Hay que tener mucho cuidado al elegir esta medicación porque, como cualquier otra, puede tener efectos secundarios, y no queremos que los sufra.
Como tiene múltiples funciones en nuestro cuerpo, las indicaciones terapéuticas son muchas y difieren mucho entre sí. Recordemos que la prometazina funciona como antitusivo, antialérgico, antiemético, y en ciertos casos, como sedante.
Indicaciones según su uso clínico:
- Está indicado como tratamiento de elección en los síntomas de manifestaciones alérgicas como la rinitis alérgica estacional o crónica, la conjuntivitis de origen alérgico, el angioedema y la urticaria cuando son leves.
- Debido a su potencial antiemético, está indicado en náuseas y vómitos severos y prolongados cuando se conoce la causa.
- También está indicado al mismo tiempo en la prevención y el tratamiento de los mareos cinéticos.
Así como hay indicaciones, también hay contraindicaciones: La prometazina está contraindicada en situaciones de hipersensibilidad a los componentes de su formulación o al propio compuesto antihistamínico. También está contraindicada en las alergias a las fenotiazinas.
La prometazina está contraindicada en cualquier enfermedad hepática que cause daño al hepatocito, lo que da lugar a la ictericia. Está contraindicada en personas con enfermedades que causan depresión de la médula ósea.
Este medicamento debe evitarse a toda costa en pacientes con un trastorno convulsivo. La prometazina se encarga de facilitar -en un proceso complejo- la activación de ciertos mecanismos que desencadenan los episodios convulsivos, especialmente en las personas a las que se les diagnostica un trastorno convulsivo.
La prometazina debe evitarse en la medida de lo posible en las personas con glaucoma de ángulo abierto o cerrado. La prometazina puede tener ciertos efectos secundarios oculares debido a su potente acción anticolinérgica. La inhibición de la acetilcolina (un neurotransmisor esencial del sistema nervioso central) puede causar leves elevaciones de la presión intraocular que, si no se controlan, pueden desencadenar un ataque de glaucoma agudo.
En los niños:
No se permite su uso en niños menores de 2 años. No se utiliza en niños o bebés porque puede causar depresión respiratoria (respiración demasiado lenta) con un resultado fatal. Debe estar bajo estricta supervisión médica y en la dosis más baja posible si se usa en niños y bebés. Si un niño toma Prometazina, sus cantidades en el cuerpo pueden aumentar durante estos procesos. Si esto sucede, hay un mayor riesgo de actividad neuromuscular, lo que provoca contracciones musculares involuntarias y repetitivas que pueden ser muy dolorosas.
La prometazina debe evitarse en los niños y adolescentes diagnosticados con el síndrome de Reye.
En el embarazo:
No se recomienda el uso de prometazina durante el embarazo. Tiene el potencial de atravesar la barrera placentaria, entrar en el útero e influir en el desarrollo del bebé. Además, la prometazina puede ser liberada en la leche materna, por lo que también debe ser restringida durante la lactancia.
Su uso sólo puede recomendarse cuando el médico lo considere pertinente y cuando no haya otras opciones.
En los adultos mayores:
La prometazina puede utilizarse pero con precaución. Debido a su actividad sedante en el sistema nervioso central, debe utilizarse con moderación y en pequeñas dosis en las personas de edad avanzada con tendencia a desmayarse, a la hipotensión, al estreñimiento y a los mareos.
No es ningún secreto que nuestros seres más queridos son nuestros abuelos. Los abuelos pueden ser más lentos, pueden dormirse y pueden marearse fácilmente. Pueden tomar Prometazina sólo cuando sea necesario y con moderación, siempre bajo la dirección de un médico.
La prometazina tiene importantes efectos anti-acetilcolina y un empeoramiento de los síntomas puede verse en pacientes con obstrucción de la vejiga, obstrucción gastrointestinal o del íleo, hipertrofia prostática benigna o retención urinaria. Los ancianos son los más susceptibles a los efectos anticolinérgicos de estos fármacos, ya que existe una disminución natural de la actividad de la acetilcolina relacionada con la edad.
Una de las preocupaciones es que causa somnolencia, por lo que se debe advertir a toda persona que tome este medicamento que no conduzca, cocine ni maneje maquinaria mientras esté bajo la influencia de esta droga. Se recomienda que se use por la noche o durante las horas de siesta por esta razón.
Interacciones con otras drogas:
Es bien sabido que todos los medicamentos tienen interacciones con otras drogas. Como se mencionó anteriormente, esta píldora se metaboliza en el hígado y se excreta en la orina y las heces, al igual que muchas otras. La prometazina puede interferir con el metabolismo de otros medicamentos ya que también tiene un paso en el hígado.
El hígado es el punto de cruce entre casi todos los medicamentos. Por ejemplo, tomamos la píldora para la presión sanguínea por la mañana y la píldora para la tiroides al mediodía; en algún momento del día, los componentes de ambas píldoras se encuentran en el hígado ya que ambas se metabolizan allí.
El sistema del citocromo P450 es el mecanismo utilizado por la Prometazina en el hígado, muchos medicamentos utilizan este mismo sistema enzimático y esto es lo que determina las interacciones con la Prometazina. A continuación explicaremos más sobre esto.
Combinaciones de drogas que NO son recomendadas:
Alcohol etílico: No consuma alcohol simultáneamente con la Prometazina bajo ninguna circunstancia. El alcohol etílico puede modificar el corazón y los patrones de respiración en cantidades moderadas. Esta sustancia por acción sobre los centros vitales del cerebro produce un aumento en el ritmo cardíaco y una disminución en el ritmo respiratorio. De igual manera, la Prometazina tiene un cierto efecto sobre el sistema nervioso. Una reacción fatal puede ocurrir debido al compromiso directo de la respiración y los latidos si ambas sustancias se mezclan.
Este mismo mecanismo se aplica a otras drogas como los barbitúricos, ansiolíticos, sedantes, hipnóticos, agonistas opiáceos, butorfanol, nalbufina, pentazocina, tramadol u otros bloqueadores H1.
Otra droga a considerar en las interacciones es la Sultropida. Este es un medicamento de uso frecuente en los trastornos psiquiátricos graves que produce trastornos en el ritmo cardíaco, principalmente en el ritmo ventricular, si se usa en unión con la prometazina, porque esta última potencia sus efectos.
El riesgo de agranulocitosis aumenta cuando se utilizan simultáneamente la prometazina y las píldoras para la tiroides, lo que constituye una anomalía de los glóbulos blancos que hace que disminuyan en el recuento sanguíneo.
Efectos secundarios:
Los efectos secundarios de casi todas las drogas se clasifican según la frecuencia con que aparecen. Tenemos efectos muy frecuentes, frecuentes, raros y muy raros, de acuerdo con el sistema de clasificación Medra.
Los efectos secundarios generalmente difieren de una persona a otra; no se preocupe, esto no significa que usted sufrirá todos los síntomas siguientes; al contrario, consulte a su médico inmediatamente si sufre de alguno de ellos.
Los efectos secundarios muy frecuentes suelen estar relacionados con la dosis que se produce en 1 de cada 10 personas. Hasta la fecha sólo se menciona un cierto grado de somnolencia.
Los efectos secundarios frecuentes afectan a 1 de cada 100 personas, y sólo se conocen pequeños cambios en el estado de conciencia asociados al aumento de la sedación para el sueño profundo.
Recuerde que el grado de somnolencia dependerá en gran medida de la dosis tomada y de las necesidades individuales de la persona. Algunas personas son más sensibles a estas drogas; puede ser que después de unas horas una persona se sienta somnolienta, mientras que otra persona sigue con su vida como si nada hubiera pasado. Es algo muy personal.
Los efectos secundarios raros suelen ocurrir en aproximadamente 1 de cada 1.000 personas que toman Prometazina. Los cambios cardíacos se describen como palpitaciones, modificaciones oculares expresadas como midriasis, alguna implicación del sistema nervioso central mostrada por mareos, problemas de equilibrio, disminución de la memoria y concentración.
Otras manifestaciones se han visto como problemas para orinar, hipotensión, sequedad de la boca y otras membranas mucosas; manifestaciones cutáneas como erupciones, picor y enrojecimiento, así como alteraciones en la esfera mental por alucinaciones.
Entre las manifestaciones secundarias poco frecuentes figuran la afectación de las células sanguíneas, como la leucopenia, la neutropenia y la trombocitopenia, la hinchazón de la piel debido a la acumulación de líquido (edema) y el insomnio.
Los síntomas secundarios muy raros son pocos; nerviosismo, agitación psicomotora, edema de Quincke, agranulocitosis y aumento de la sensibilidad a la luz solar.
Los efectos secundarios de la prometazina se asocian generalmente a la dosis consumida, por lo que estos efectos pueden desaparecer inmediatamente con un ajuste mínimo de la dosis o con la interrupción de la droga.
Preguntas más frecuentes:
¿Puedo tomar el sol mientras tomo la prometazina?
Sí, puede tomar el sol pero de forma razonable. Es aconsejable utilizar protector solar durante el tratamiento, ya que algunas personas son más sensibles al sol que otras, y pueden sufrir quemaduras menores y manchas en la cara. El protector solar recomendado para ser usado mientras se toman medicamentos que producen fotosensibilización debe tener un factor de protección +30; de lo contrario no estará bien protegido.
¿Cuál es la vía de administración y presentación?
Puede ser utilizado por vía oral (tomado), intramuscular y endovenosa (inyectado), en un supositorio, y tópicamente (en crema).
Las dosis siempre dependerán de las instrucciones del médico y de las necesidades de cada paciente. Por lo tanto, se utilizan dosis más pequeñas para los síntomas de mareos, náuseas y vómitos, mientras que las dosis más altas se utilizan para los síntomas de las alergias.
25mg antes de acostarse o 12.5mg en el día se usa tradicionalmente en las alergias. En las náuseas y los vómitos, la dosis dependerá del peso y la edad del paciente (si se trata de un niño) y de la vía utilizada. Por lo tanto, si se administra por vía oral, se utilizan 25mg pero de 6 a 12 mg si es por inyección.
En general, se requieren 25 a 50 mg para la sedación nocturna si se busca el sueño y la relajación en los adultos. La prometazina puede inducir a la calma y a una noche de sueño continuo.
¿Por qué elegir la prometazina?
La prometazina es un fármaco eficaz en el tratamiento sintomático de las alergias, principalmente las del tracto respiratorio superior (nariz, boca, faringe, nasofaringe), conjuntivitis alérgica, sinusitis y rinitis.
También se ha demostrado que tiene una gran capacidad para detener los síntomas cutáneos de las alergias, como la urticaria. Además, puede utilizarse con la epinefrina en reacciones más graves, como la anafilaxia.
Es eficaz para tratar las náuseas y los vómitos cuando se conoce la causa. Este medicamento es tan eficaz como el ondansetrón contra el síndrome emético cuando se utiliza en dosis bajas, según múltiples estudios.
Su uso en las náuseas y los vómitos es conveniente porque con dosis más bajas se puede lograr el alivio de los síntomas, en comparación con los utilizados para el ondansetrón.
Este medicamento no es mutagénico ni cancerígeno según la prueba de Ames. Se trata de una prueba biológica internacionalizada para evaluar el potencial de ciertos compuestos químicos para mutar y producir cáncer, por lo que esta píldora es segura de usar.
¿Qué hacer en caso de sobredosis?
Si conoce a alguien que pueda tener una sobredosis, llame al 911 inmediatamente.
Los signos de que una persona tiene una sobredosis de prometazina incluyen disminución de la frecuencia cardíaca y respiratoria, problemas respiratorios, desmayos, pérdida de conciencia y contracciones musculares involuntarias.
Estoy tomando benzodiacepinas, ¿puedo tomar este medicamento?
No, la prometazina no puede ser usada al mismo tiempo que ninguna benzodiacepina porque ambas drogas pueden potenciarse mutuamente y aumentar los efectos sobre el sistema nervioso central.
Este medicamento puede tomarse cerca o lejos de los alimentos. El fenergán también se puede usar durante viajes muy largos, en estos casos sólo se usa 30 minutos o 1 hora antes del viaje.
Recuerde consultar a un médico antes de consumir este medicamento. Debe informar a su médico sobre los medicamentos adicionales que está tomando en casa durante la entrevista. Siga siempre la prescripción de su médico, y si se olvida de una dosis no tome una dosis doble para compensar la que se ha olvidado, al contrario, tome una dosis única.
Por último, si siente alguna molestia o síntoma inusual que no haya sentido antes de tomar la prometazina, consulte a su médico, no la deje pasar. Su salud es importante para nosotros.
Las alergias son más que un simple estornudo
El cuerpo humano es una obra maestra y tiene todas las herramientas esenciales para actuar en cualquier situación desfavorable. Durante años se ha creído que nuestro organismo es capaz de detectar lo apropiado para lo extraño, y esto es más que falso.
Las alergias son una condición extremadamente común que afecta al menos al 20% de la población mundial, la mayoría de las cuales se transmiten por los alimentos. Las alergias se producen cuando nuestro cuerpo no es capaz de detectar las suyas propias y ataca pequeños estímulos o ciertas sustancias de forma descontrolada.
El sistema inmunológico es el armamento defensivo que nos protege contra cualquier amenaza, ya sea externa o interna; sin embargo, muchas veces puede fallar y actuar de manera desproporcionada, atacando incluso a nuestro cuerpo.
Más allá de un simple estornudo o una nariz que gotea, las alergias representan un complejo proceso bioquímico que debemos conocer para detectarlas y actuar a tiempo. No todo estornudo es una alergia, pero toda alergia desencadena una reacción inmunológica como un estornudo.
¿Qué significa cuando se es alérgico a algo?
Se conoce como una reacción alérgica a esa hipersensibilidad, reacción exagerada, desarrollada por cualquier ser humano como resultado de una respuesta desconocida a un ''antígeno'', que normalmente es inofensiva para otras personas.
Un antígeno es cualquier sustancia extraña que genera una reacción de rechazo en el cuerpo. Puede ser natural o no natural. Un antígeno puede incluso ser una parte de nuestro cuerpo.
Esta reacción desequilibrada es llevada a cabo por el sistema inmunológico, que está compuesto por una variedad de células, sustancias químicas e interacciones físicas que hacen de las alergias un proceso más complejo de lo que podríamos imaginar.
Hay células especializadas en el auto-reconocimiento y otras que juegan un papel principal en el desarrollo de las alergias, llamadas linfocitos, y son un tipo de glóbulos blancos que viajan libremente en la sangre. Cuando un linfocito entra en acción, activa sus diferentes mecanismos para actuar contra un antígeno específico.
Linfocito B
El linfocito B es una célula especializada en la respuesta inmune dada por los anticuerpos. Esta célula es responsable de producir y liberar sustancias protectoras. Los anticuerpos, también conocidos como inmunoglobulinas, son responsables de reconocer los alérgenos una vez que han entrado en nuestro cuerpo.
Los linfocitos B están en cada rincón de nuestro cuerpo y por lo tanto, tenemos anticuerpos específicos en cada parte de nuestro cuerpo con la capacidad de atacar cualquier amenaza.
Linfocito T
Al igual que el linfocito B, el linfocito T pertenece al grupo de los glóbulos blancos, pero se diferencia de él porque su respuesta es celular, no depende de los anticuerpos.
El linfocito T se encarga de dar una respuesta celular, de la cual podemos distinguir dos tipos: el linfocito T CD4 y el linfocito T CD8. El primero funciona estimulando a otros grupos de células, es el que avisa a otras células de que algo está pasando.
Dentro de los linfocitos T CD4, podemos encontrar pequeños subgrupos de células con funciones específicas, con Th1 produciendo interferón gamma y Th2 produciendo sustancias químicas que actúan como mensajeros biológicos llamados interleucinas.
A diferencia de los anteriores, los linfocitos T CD8 se encargan de neutralizar y destruir las células infectadas por medio de microorganismos peligrosos. ¿Cómo realizan esta función? Introduciendo sustancias químicas en las células infectadas para provocar su muerte de forma automática, básicamente, la célula se suicida, y este proceso se llama apoptosis celular.
¿Qué son los alérgenos y por qué deberíamos tener miedo de ellos?
Ya que conocemos el ejército que trabaja en nuestro cuerpo, es hora de conocer a los enemigos, conocidos como alérgenos.
Los alérgenos son un tipo de antígeno responsable de desencadenar una respuesta alérgica, que va desde el polvo hasta el pelo de perro, e incluso la comida.
Pero no todas las sustancias pueden actuar como alérgenos, al contrario, cada sistema inmunológico tiene sus propias propiedades gracias al ADN que diferencia a cada ser humano, y lo que puede representar un alérgeno para una persona, puede no serlo para otra.
El proceso por el cual una sustancia inofensiva se convierte en un alergeno no es fácil de explicar y no está completamente claro, pero según varios estudios científicos, se sabe que para que una sustancia se convierta en un alergeno, es necesario cierto tiempo de exposición (sensibilización) en el que las propiedades químicas de la sustancia interactúan con nuestro sistema inmunológico, desencadenando finalmente una respuesta de hipersensibilidad después de algunas oportunidades de exposición.
Para ayudarle a entenderlo mejor, se lo explicaremos de esta manera: En las personas con alergias suele haber un primer contacto con el posible alérgeno, en este primer contacto, no hay ningún indicador de que se es alérgico y no hay respuesta inmunológica.
Durante ese primer momento, el cuerpo interactúa con esa nueva sustancia y conoce las proteínas que la componen. Si nuestro organismo lo considera un verdadero alergeno, la producción de defensas y anticuerpos comienza inmediatamente.
Cuando se produce una segunda exposición a la misma sustancia, la reacción alérgica surge con una reacción exagerada. Esto ocurre porque el sistema inmunológico tiene memoria y reconoce la misma sustancia en una segunda exposición.
Hay miles de alérgenos, y de acuerdo con la forma en que entran en el cuerpo los clasificamos en alérgenos de inhalación, ingestión y contacto.
Los alérgenos por ingestión son el tipo más común de alérgenos. En esta clasificación podemos encontrar alimentos, aditivos alimentarios, parásitos, drogas y venenos.
Los alimentos son los más comunes en este grupo. Podemos destacar la leche, el pescado, los mariscos, las frutas, las verduras, los frutos secos, el trigo, el gluten, la soja y el cacahuete, entre otros. Las medicinas también son un alérgeno frecuente; son las penicilinas, las cefalosporinas y los analgésicos, por nombrar algunos.
Los alérgenos de la inhalación dan lugar a enfermedades de las vías respiratorias, como la rinitis alérgica. Estos alérgenos incluyen ácaros, polvo, caspa de gato y perro, polen, harina y moho. La exposición a estas partículas suele mantenerse a lo largo del tiempo, dando lugar a enfermedades bronquiales crónicas como el asma bronquial o la sinusitis.
| Exp. No. | Tratamiento | Cuerpo medio peso, g | Dosis de phenergan, mg/kg | Razón de mortalidad* | Tiempo medio de supervivencia,**
min. | Peso pulmonar medio,*** g/kg de peso corporal |
|---|---|---|---|---|---|---|
| Ratas | ||||||
| I | NH4Cl | 199 | - | 8/15 | 35 | 11.6 |
| II | ' ' + phenergan | 220 | 20 | 4/10 | 20 | 18.2 |
| III | ' ' + ' ' | 206 | 40 | 8/10 | 24 | 14.6 |
| IV | Phenergan | 196 | 40 | 0/10 | - | 6.2 |
| V | Pero amigo | 212 | - | 0/4 | - | 7.7 |
| Conejillos de indias | ||||||
| VI | NH4Cl | 461 | - | 8/10 | 8 | 10.4 |
| VII | ' ' + phenergan | 408 | 20 | 12/12 | 8 | 8.6 |
| VIII | Epinephrine | 436 | - | 6/7 | 7 | 19.7 |
| IX | Epinephrine + phenergan | 423 | 20 | 8/8 | 7 | 20.3 |
| X | Pero amigo | 450 | - | 0/5 | - | 6.8 |
| * Razón de mortalidad = número de muertos/número utilizado. ** Excluidos los que sobrevivieron indefinidamente. *** El peso promedio de pulmón en grupos experimentales incluye solo aquellos animales que sucumbieron después de la inyección. Los animales de control se sacrificaron bajo anestesia con pentobarbital. | ||||||
Tipos de alergias
Es impresionante cómo un pequeño estornudo puede ser un mundo enorme lleno de procesos complejos con diferentes clasificaciones.
Las alergias pueden clasificarse en varios tipos de reacciones de hipersensibilidad dependiendo del componente de la respuesta del sistema inmunológico que predomine o de la naturaleza del antígeno; teniendo reacciones de tipo I, II, III y IV.
La reacción de hipersensibilidad tipo I es la reacción de respuesta inmediata. Se lleva a cabo gracias al rápido apoyo de los anticuerpos IgE. La IgE contribuye masivamente a la inflamación porque estimula la formación de sustancias como la histamina, las prostaglandinas, los leucotrienos y otras sustancias químicas naturales. Este tipo de reacción suele producir síntomas típicos según la forma de entrada del alérgeno, que pueden manifestarse como rinitis con goteo nasal, lagrimeo, picor y enrojecimiento de la nariz ante una respuesta masiva como el shock anafiláctico.
La respuesta de hipersensibilidad de tipo II viene dada por la activación de las células, también llamada respuesta de anticuerpos citotóxicos. Como se ha explicado anteriormente, en este tipo de reacción se activan los linfocitos T, que estimulan la activación de otras células, como los neutrófilos, para matar a otras células infectadas. Este es el mecanismo tradicional en las alergias a los medicamentos.
Se sabe que la hipersensibilidad de tipo III se da por los inmunocomplejos. Los inmunocomplejos se forman por la unión de un antígeno (sustancia extraña) a un anticuerpo específico, que luego se elimina del cuerpo.
Finalmente, la respuesta de hipersensibilidad tipo IV se conoce como respuesta inmune retardada. En este caso, se conocen como reacciones retardadas porque se producen después de varias exposiciones a un antígeno, que es el caso del ejemplo mencionado anteriormente.
El mundo de la inmunología es complejo y a veces difícil de explicar, sin embargo, cada vez más personas tienen acceso a la información, y gracias a ella las alergias son un universo más comprendido hoy en día.
Los síntomas:
Los síntomas se pueden agrupar según la forma en que el alérgeno entra en nuestro cuerpo, desde los respiratorios, hasta los oculares y dermatológicos. Los más comunes son:
Urticaria: Se manifiesta como un sarpullido en la piel, que se muestra como picazón, enrojecimiento e hinchazón. Este tipo de síntoma puede desaparecer completamente una vez que el alergeno ha sido eliminado del cuerpo, pero para la seguridad de los alérgicos, es preferible actuar inmediatamente con antihistamínicos.
Rinitis alérgica: La inflamación de los conductos nasales afecta al 15-20% de los americanos. Se caracteriza por ojos llorosos, secreción nasal, congestión nasal, estornudos frecuentes y enrojecimiento de la nariz. Puede ser estacional (como resultado de los cambios climáticos) o durante todo el año debido a la exposición persistente a un alérgeno ambiental.
Asma bronquial: Esta es una enfermedad crónica y de larga duración que resulta de la exposición constante a ciertos alérgenos que causan la inflamación del tracto bronquial, lo que provoca falta de aliento, tos seca y opresión en el pecho. El asma es una enfermedad que puede ser moderada o dificultar las actividades diarias dependiendo de la gravedad de los problemas respiratorios.
Alergia a los alimentos: Esto puede ocurrir de varias maneras, desde diarrea con calambres abdominales hasta erupciones en la piel. Si la reacción alérgica es demasiado fuerte, puede llevar a un shock anafiláctico.
Angioedema: Es una reacción cutánea similar a la urticaria, pero difiere de esta última porque produce una fuerte hinchazón de la piel, la mucosa y los tejidos subyacentes. Las causas pueden ser diferentes y pueden presentarse por el consumo de ciertos alimentos o medicamentos.
Anafilaxia: Es la representación clínica más grave de las alergias. Es un caso de hipersensibilidad generalizada que puede llevar a la muerte. Hay una implicación del sistema respiratorio así como del corazón y los grandes vasos sanguíneos en la anafilaxia.
Durante una reacción anafiláctica, la persona puede parecer desesperada con una sensación de asfixia, dolor de cabeza, aumento de la frecuencia cardíaca y aumento de la respiración. A medida que la reacción progresa, los síntomas se vuelven más severos.
Las manifestaciones respiratorias son las que ponen en peligro la vida de cualquier persona, puede haber un cierre total de las vías respiratorias superiores reconocido por la aparición repentina de una ronquera y una falta de aire inexplicables.
Una reacción anafiláctica es una amenaza inminente de muerte, por lo que es necesario actuar a tiempo antes de que los síntomas empeoren.
El tratamiento:
No existe una cura mágica para las alergias, y si la hubiera, se basaría en modificar la causa de todo: el sistema inmunológico. Hasta la fecha, no se proponen medicamentos milagrosos para las alergias, sino fármacos que ayuden a aliviar los síntomas a gran escala, como los esteroides o los antihistamínicos.
Los esteroides son medicamentos que se especializan en mediar las respuestas inflamatorias, incluyendo las alergias. Estos medicamentos están compuestos por sustancias similares a las que componen nuestro cuerpo y son responsables de inhibir las interleucinas, activar los linfocitos y liberar anticuerpos e histamina.
La pequeña desventaja de los esteroides radica en sus efectos secundarios. Cuando el tratamiento con esteroides se prolonga, puede causar muchos efectos secundarios que pueden ser perjudiciales para la salud a largo plazo.
Los efectos secundarios incluyen acné, atrofia de la piel, pérdida de cabello, aumento de peso y susceptibilidad al daño renal, mayor riesgo de enfermedades cardíacas, daño hepático y desequilibrios hormonales que pueden ser un problema para los jóvenes durante su adolescencia.
En contraste con lo anterior, los antihistamínicos son drogas de uso común en la práctica médica de la alergología. Esta droga actúa bloqueando los receptores donde la histamina se une cuando se produce una reacción alérgica, inhibiendo totalmente los efectos de la histamina y evitando la reacción alérgica a toda costa.
Uno de los mayores beneficios de los antihistamínicos es que pueden detener el curso de una reacción alérgica en cuestión de minutos y sus efectos secundarios son pocos.
Los efectos secundarios de los antihistamínicos pueden incluir somnolencia y cierto grado de sequedad en la boca; sin embargo, se ha demostrado científicamente que estos efectos secundarios se asocian con el consumo de dosis altas, y puede desaparecer con una disminución significativa de la dosis.
Como en cualquier otra enfermedad, el mejor tratamiento es encontrar la causa subyacente y detenerla. En las alergias, la base del tratamiento consiste en suprimir la causa a toda costa, ya sea evitando el contacto con los animales, disminuyendo el consumo de ciertos alimentos o limpiando el medio ambiente de alérgenos como el polvo de polen.
Dado que el apoyo de la familia es primordial en los cambios de estilo de vida, es importante que durante el tratamiento, tanto el paciente como sus padres sean conscientes del proceso alérgico. El uso de medicamentos se hace necesario si el paciente no puede suprimir o evitar el alergeno; de lo contrario, puede aparecer una enfermedad como el asma bronquial o la anafilaxis si no se controla oportunamente la respuesta inmunológica.
